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Mariel Figueroa y Sofía Visintini.

IDEAR 2014 es una nueva propuesta que la Secretaría de Políticas Universitarias promueve, para que aquellos estudiantes, científicos y docentes que deseen vivir una maravillosa experiencia de intercambio en Alemania puedan hacerlo. Pero… ¿Cómo es vivir, estudiar y trabajar allí? ¿Qué es lo más interesante de intercambiar conocimientos en otro país? ¿Qué se aprende y qué aportan los argentinos que van allá? Para narrar sus experiencias, consultamos a Mariel Figueroa y Sofía Visintini, dos estudiantes de Ingenierías que, en 2011, participaron de ALE-ARG, un programa con características similares al hoy disponible.

El Centro Universitario Argentino-Alemán lanzó la convocatoria del programa I.DEAR, que permanecerá abierta hasta el 2 de mayo de 2014. Gracias al financiamiento por parte de los Ministerio de Educación y de Ciencia y Tecnología, y dentro del marco del Plan Estratégico de Formación de Ingenieros, creó este programa bilateral, que tiene como objetivo fortalecer la cooperación en ingenierías entre las universidades de ambos países, por medio del intercambio de estudiantes, científicos y docentes. Todo ello, apuntando a que, en muy poco tiempo, se llegue a desarrollar carreras de grado binacionales con doble titulación.

Detrás de cada convenio firmado, de cada financiamiento, y de cada convocatoria… hay historias de vida. Y nada mejor que los relatos de quienes ya vivieron una experiencia así, para conocer más en profundidad cómo son estos intercambios… y cómo pueden cambiarle la vida a quién decida participar.

Las protagonistas
Mariel Figueroa y SofìaVisintini tenían 24 años. Una estudiaba Ingeniería Industrial y la otra Ingeniería Civil. Si bien ambas eran alumnas de la Universidad Nacional de Rosario, no se conocían... pero gracias al proyecto ALE-ARG, hace dos años atrás, vivieron seis meses en Alemania, donde compartieron experiencias “tan intensas” que no pierden ninguna oportunidad para “entusiasmar a otros jóvenes”, dicen.

La Universidad Técnica de Braunschweig (TU BS) fue el lugar de encuentro, donde Mariel investigó sobre la inclusión de la bicicleta como medio de transporte y cómo Alemania logró mejorar la movilidad urbana de sus ciudades gracias a ella; y Sofía, sobre un nuevo materialde construcción que se utiliza para reforzar estructuras (CFRP, un material de uso incipiente en Argentina pero que en Alemania ya fue reglamentado).

Los miedos del comienzo
Mariel, contó que se enteró de la convocatoria solo unos meses antes de la fecha de cierre de inscripción, pero que así y todo… se animó. “Quería estudiar mi temática en un país donde son pioneros en investigación en el rubro, y me resultaba interesante, además, conocer la metodología de trabajo en un país extranjero”.

Sofía, por su parte, dice que tenía miedo de que fuera difícil trabajar en ese ámbito: “Pero al miedo le ganó la curiosidad por conocer cómo sería estudiar, asistir a clases, el método de evaluación y la forma de trabajo y, además… ¡que fuera en otro idioma!”.

Alemania… en “primera impresión”
Llegar… ¿será como uno se imaginaba? “Tuvimos la suerte de arribar juntas a Braunschweig. Ahí nos esperaba otro estudiante de intercambioque nos acompañó hasta la residencia, nos ayudó con los trámites, y nos enseñó ‘cómo funcionaba’ la ciudad y la Universidad”. Aunque, entre risas aclara Sofía… “hasta el último mes, y con un mapa en la mano, todavía me perdía”.

“Al principio fue complicado entender el idioma”, cuenta Mariel. “Tenía un nivel básico y no me salían las palabras como para preguntar algo. Pero con el cursado de Alemán dictado por la misma uni, y con ayuda de mis compañeros, fui aprendiendo y ‘soltándome’ para hablar con otras personas”.

Trabajo y estudio… un día en la vida
Ambas, cuentan que, aunque no fueran obligatorias, trataban de realizar 8 horas de trabajo diario en el instituto de investigación. “Podíamos trabajar desde la residencia, pero preferíamos ir para conocer a nuestros compañeros y compartir tiempo con ellos… ¡especialmente el almuerzo que era el momento de distensión! Además, era altamente provechoso para practicar Alemán, y quitarnos dudas sobre el trabajo. Afortunadamente, siempre nos explicaron con paciencia y dedicación. Los días que teníamos clases, salíamos durante ese horario y luego volvíamos a trabajar, y realizábamos los cursos de idioma al finalizar la jornada en el Instituto”.

Similitudes y diferencias con nuestras Universidades
“Me sorprendió el excelente nivel y variedad de los cursos de idiomas que la universidad alemana ofrece… son gratuitos y vale la pena aprovecharlos. Al igual que la gran oferta deportiva de invierno y verano. Respecto al nivel académico no hay de qué preocuparse, ya que estamos muy bien posicionados en Argentina. Lo que cambian son sólo los métodos, pero no cuesta en absoluto poder adaptarse”, asegura Mariel.

La gran diferencia, apunta Sofía, “es que mientras en nuestro país generalmente las carreras de grado son muy amplias y luego uno se especializa en el postgrado, allá, las carreras de grado son muy específicas. También hay actividades extra curriculares recreativas, como cine y disertaciones”.

Cultura estudiantil: juntadas y salidas
“Fue una excelente experiencia”, asegura ambas. “En la residencia conocimos estudiantes de distintas partes del mundo, con quienes nos juntábamos a la noche a cocinar comidas típicas de cada lugar, hacíamos fiestas, o salíamos a algún pub o boliche. También con ellos hicimos muchísimos viajes durante los fines de semana; a Munich, Berlín, Colonia, Düsseldorf, Hannover, Bremen, Dresden, Leipzig, Füssen, Rothenburgob der Tauber y otras localidades europeas. Además, conocimos sus fiestas tradicionales como el Carnaval, Oktoberfest, Navidad y Año Nuevo. La gente se prepara mucho para los festejos y se nota que realmente disfrutan esos momentos”.

“Se crece muchísimo luego de una experiencia así”, asegura Mariel. “No solo me permitió conocer otra cultura, sino conocerme a mí misma inmersa en ella. Uno desarrolla a la vez herramientas para poder manejarse en lugares y con personas desconocidas… con quienes generamos relaciones muy valiosas”. Respecto a ello, Sofía cuenta: “Toooooodo el mundo me pregunta ‘¿Son fríos los alemanes?’. No. Son muy amistosos”.

¿Aportes de los argentinos para ellos? “¡¡¡Nuestra cultura latina!!! y demostrarles que somos responsables… porque ellos tenían la idea de que los estudiantes de intercambio sólo íbamos para salir de fiesta”, dicen riendo.

Para quienes estén pensando en sumarse en esta nueva convocatoria…
“¡Les diríamos que ni lo duden!, porque es una hermosa experiencia que los ayudará a crecer en lo personal, lo académico y lo profesional, y que sin dudas… ¡los marcará en el futuro!”, coinciden las dos, totalmente convencidas que, ir, fue la mejor elección que pudieron haber hecho.

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Para conocer más sobre la convocatoria I.dear - ingenieros Deutschland / Argentina 2014, puede visitar la página web: www.cuaa-dahz.org

Fuente: Ministerio de Educación - Presidencia de la Nación