Ismael Sleiman es Ingeniero Industrial, graduado en la FCEIA, y desde el 2019 comenzó a darle forma a su creatividad, guiada por su interés de toda la vida, de reciclar y cuidar el medio ambiente: así lanzó Glassé, su propia empresa de productos de arquitectura y diseño a partir del reciclado de vidrio.
“El emprendimiento surgió de las ganas de querer hacer algo distinto, de no solo trabajar por la cuestión económica sino también hacer algo que te llene el espíritu y te guste” señala Ismael Sleiman, que relata que, junto a un amigo, venían dando vueltas hacía mucho tiempo con esa idea. “En un viaje que hice en ese momento a Estados Unidos con mi novia, actual esposa, vimos en el Museo de la industria de Chicago una Smart Home que tenía de todo respecto a sustentabilidad: paneles solares, deck simil madera de reciclado de plástico, cosas que no había acá. Cuando fuimos al baño había una mesada hecha 100% de vidrio reciclado y quedamos sumamente sorprendidos y volví con la idea de buscarle la vuelta para ver que podíamos hacer en el país” comparte Ismael.
La iniciativa estaba apoyada en poder empezar a desarrollar un producto que no estaba aún en Argentina. “La mesada que habíamos visto era totalmente hecha de vidrio reciclado, nosotros buscamos una opción para hacerlo con 80% de vidrio reciclado porque para el 100% llevaba otro proceso de producción que implicaba otra inversión, entonces empezamos a trabajar en el desarrollo de ese producto” narra el emprendedor.
Ahí empezó un proceso de investigación, de desarrollo, de probar fórmulas, en el que Ismael y su socio recibieron asesoramiento de Ingenieros civiles amigos. Durante toda la etapa de diseño y desarrollo hicieron ensayos de compresión y flexión en el IMAE.
“Llegamos a un punto donde teníamos el producto y necesitábamos dejar de ser un laboratorio y transformarlo en un taller de producción, entonces aumentamos la escala y pusimos el taller en condiciones. En ese momento, quien era mi socio se muda a Barcelona y el proyecto queda en un stand by por un tiempo. Ahí empieza a tener más protagonismo mi esposa y mi familia, apoyándome y ayudándome a salir adelante y una vez que retomamos, sumamos a otro amigo y a su hermano. Con todo estabilizado nuevamente, en el 2019 nos largamos comercialmente” señala Ismael.
Durante todo este tiempo el emprendimiento ha recibido financiamiento de capital Semilla de la Nación, de la Municipalidad de Rosario y de la Cámara Argentina de Comercio electrónico. “Luego vino la pandemia y durante el 2020 tratamos de sobrevivir. Si bien las ayudas fueron importantes, es mucho de nuestra espalda. Ahora intentamos retomar lo que queríamos que pase el año pasado: que de un salto el emprendimiento. Queremos consolidarlo este año” destaca el Ingeniero.
Diseño y arquitectura
La empresa se dedica al desarrollo de placas de revestimiento, pisos, mesas y mesadas. El producto tiene dos terminaciones, una con pulido máximo y otra con un sellador que forma una capa, cada una es apropiada para distintos usos. Además, cuenta con dos líneas, arquitectura y decoración. En esta última se integran otros materiales, priorizando a los reciclados. “Hemos hecho patas de mesa con hierro reciclado, algo con madera de pallets, restauramos muebles. Tratamos de incluir otros materiales, siempre dejando como protagonista a Glassé” señala el Ing. Sleiman.
La formación como clave para emprender
“La carrera me sirvió muchísimo y una de las cosas por la que la elegí es por la integralidad que le da a la resolución de problemas. Es una ingeniería bastante generalista. Si lo consideras desde la organización de una empresa, se puede trabajar desde distintas áreas de una empresa, hay ingenieros industriales que trabajan, en medio ambiente, recursos humanos, logística, producción, operaciones, mantenimiento. Yo trabajo por ejemplo también como consultor en empresas tanto de servicios como de productos, pymes como multinacionales, en diversos frentes. Esa versatilidad que tiene la carrera, y esa integralidad, aporta mucho a la hora de dirigir o emprender un proyecto como el nuestro. Desde ese punto de vista esa formación es de sumo aporte para mi” indica Ismael con respecto a la carrera de Ingeniería Industrial de la FCEIA.
El impacto ambiental siempre fue algo que le interesó a Ismael. “Siempre, desde chico cuando me enseñaron a separar los residuos en la primaria, crecí con esa filosofía y con esos valores. En la carrera el proyecto final estaba alineado a esto: evaluación de un proyecto desde la Producción más limpia. Cuando terminé hice una adscripción de una optativa que era Evaluación de Proyectos Ambientales. Después, con respecto al diseño y la creatividad, hice la optativa de Packaging (introducción a la Ingeniería del envasado), es una de las materias que me influyó muchísimo, después de cursarla hice un año como ayudante de cátedra. Me encantó esa materia, en donde vimos rediseño de producto de manera integral, viendo las necesidades del cliente, jugar con la creatividad para rediseñar un envase. Ese es otro hito que me llevó adonde estoy, a llevar adelante este proyecto” cuenta el emprendedor.
Con respecto a su experiencia laboral previa al desarrollo del emprendimiento, Ismael indica “Sé que me sirvió haber pasado por varias empresas multinacionales, pero no lo planteo como un absolutismo. Es importante presentar a los estudiantes de Ingeniería Industrial la opción del emprendedorismo o soporte a las pymes, porque son otras vías de salida de carrera tan importante como las otras. Es una opinión personal ante las opciones que te ofrece la carrera, que me parecen todas válidas”.
“El cuerpo docente de la Facultad fue fundamental. Es la motivación al alumno y en la Facultad tengo referentes de docentes que me fueron forjando como profesional y ayudando a crecer. Yo sé que elegí la carrera que tenía que elegir, la volvería a elegir. La Facultad me ha dado mucho, siempre busco alguna manera de retribuir a la facultad lo que me dio. Además, es de la Universidad pública, que para mí tiene mucho valor porque les da la oportunidad a muchas personas que de otra manera o en otros países quizás no podrían estudiar” concluye el Ing. Sleiman.