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Mié, Abr

El viernes 28 de febrero quedó formalmente inaugurado el nuevo espacio del Departamento de la Licenciatura en Ciencias de la Computación ubicado en la planta baja de la sede de Pellegrini 250 en el área ocupada anteriormente por el Departamento de Sistemas y la UTI. 

Participaron de la inauguración la decana de la FCEIA, Graciela Utges; el Secretario Técnico, Ezequiel Magnani; la Directora de la Escuela de Ciencias Exactas y Naturales, Ana Casali; el Director del Departamento de Ciencias de la Computación, Mauro Jaskelioff; y demás autoridades, docentes y estudiantes de la institución.

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El nuevo espacio fue totalmente remodelado y acondicionado en el marco de una serie de reformas de mejoras y aprovechamiento de los espacios de la Facultad. En ese sentido, se construyó en la planta baja un nuevo laboratorio de informática de 34m2 con capacidad para 35 personas.

En planta alta se destinaron 52m2 para la ubicación de 10 puestos de trabajos, una sala de reunión de 15m2, una sala de usos múltiples de 33m2, una oficina para la secretaria  y otra para la dirección con una superficie total de 16m2.

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En el proyecto contempló la impermeabilización de techos, el cambio de todos los pisos, la construcción de tabiques con su respectivas aberturas, nueva instalación eléctrica, colocación de aires acondicionados, pulido y plastificado de pisos de madera, construcción de un cielo raso en un sector de boxes docentes y la instalación de redes e internet.

 

Para ella, es necesario trabajar contenidos conceptuales, procedimentales, actitudinales,  contenidos ligados a la ciencia de la educación, la historia y filosofía de la ciencia, para mostrar a las y los  estudiantes que la ciencia es viva. “Tenemos la impresión de que la física y la matemática no cambian, pero es sólo una ilusión. En la física, por ejemplo, trabajamos constantemente con nuevas tecnologías, incursionamos nuevos estudios, la ciencia evoluciona todo el tiempo”, destacó Beatriz Salemme. De acuerdo a su experiencia, se necesita una enseñanza diferente, no una enseñanza tradicional.
La especialista brasilera en Didáctica de la Enseñanza resaltó la importancia de que los docentes de los distintos niveles estén preparados, también, para adaptarse a los cambios generacionales y cuenten con las herramientas para que sus clases respondan a las nuevas demandas de los estudiantes. 
“Todos los años cuando recibo un grupo de alumnos que se que van a estar 5 años en la universidad para después salir al mundo del trabajo, me propongo como desafío pensar ¿qué mundo les espera de aquí a cinco años? ¿Cómo va a ser esa nueva generación de profesionales?” indicó Beatriz convencida de que año tras año son diferentes los objetivos que debe plantearse. “Tenemos el desafío de formar profesionales de otra generación” destacó.
La especialista en educación valoró la importancia de contar siempre con diferentes opciones metodológicas que permitan explorar distintas técnicas según el grupo con el que se esté trabajando. “A veces percibo con tristeza que muchos profesores dicen ‘yo enseño, si ellos aprenden es otro problema’ y no es así, es mi responsabilidad como docente que los estudiantes comprendan. Entonces nuestro gran desafío es estar alerta para encontrar la forma de que nuestros alumnos de hoy se interesen por lo que se está explicando”.
Entre las herramientas que utiliza en el aula es el trabajo con películas en las que se aborden temas de interés para ser tratados desde diversas disciplinas. Así por ejemplo, con uno de sus grupos de estudiantes de secundaria tomaron una escena del “Código Da Vinci” en la que aparece un código en formato de una secuencia de Fibonacci. “Tomando esa secuencia también trabajamos con su profesor de biología, conversamos con el profesor de historia, la profesora de física. El abordaje fue integral”, relató la especialista en educación.
 
“A mí me enseñaron cierta información de una manera puntual pero nos tenemos que dar cuenta que somos de otra época. A veces las personas no perciben la importancia del cambio generacional y hay que comprender que la enseñanza es un proceso dinámico que se retroalimenta” concluyó Beatriz.