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Mar, Mar

Mauricio Ades es graduado de Ingeniería Electrónica en la FCEIA y participó del proyecto SAOCOM 1B que puso en órbita el satélite argentino de observación de la tierra.

Su llegada al proyecto no fue casualidad, Mauricio realizó un largo recorrido profesional que le permitió integrarse a los equipos de trabajo interdiciplinarios que pusieron en marcha la constelación SAOCOM. Su camino laboral se inició en la estación repetidora de la actual TV Pública cuando realizaba tareas de mantenimiento en paralelo al cursado de un posgrado en electromedicina. Más tarde se radicó en Ohio (Estados Unidos) donde se incorporó a una empresa para trabajar en UPS industriales. De regreso al país, fue parte de un grupo de instituciones de medicina de la ciudad como referente electrónico, dedicándose fuertemente a los equipos de aceleradores de partículas para tratamientos oncológicos. Fue esta tarea la que lo vinculó a INVAP, y lo llevó a trasladarse a Bariloche para dedicarse al desarrollo de equipos de medición de radiación para centrales nucleares de baja potencia.

Sobre su ingreso al mundo de los satélites cuenta: “Trabajando en INVAP me generaron intriga los cuartos limpios, donde se fabrican los satélites y me atrajo la posibilidad de participar en proyectos satelitales. Así pasé a la gerencia de Proyectos Espaciales y Gobierno y allí me dediqué hasta el día de hoy al diseño electrónico de dispositivos que llevan in situ los satélites”.

El SAOCOM 1B de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) se lanzó el pasado 30 de agosto desde las instalaciones de la empresa SpaceX, en Cabo Cañaveral (EEUU). Su misión es la detectar la humedad del suelo y obtener información de la superficie de la tierra. La particularidad de este satélite es que logra tomar imágenes en cualquier condición meteorológica gracias a su Radar de Apertura Sintética que es capaz de atravesar las nubes e incluso penetrar la superficie de la tierra unos dos metros de profundidad. Gracias a estas posibilidades será de mucha utilidad para monitorear y prevenir situaciones meteorológicas complejas.

El trabajo de Mauricio en el proyecto SAOCOM, tanto del 1A como el del 1B, estuvo ligado a lo que llaman “umbilical box” una caja que tiene la misión de proteger al satélite de las descargas atmosféricas cuando se encuentra montado sobre el lanzador, evitando así que se pueda dañar la electrónica por ese tipo de fenómenos en el momento del lanzamiento. “Mi participación estuvo vinculada al diseño, la fabricación y testing de esa caja que además tiene que pasar por distintos ensayos. Uno es el ambiental, donde se la expone a vibraciones mecánicas que simulan el momento del lanzamiento. Se intenta replicar el escenario de lanzamiento con máquinas específicas en INVAP. Lo mismo ocurre con ensayos de termo vacío que pretenden simular las condiciones en las que la caja electrónica va a estar en el espacio, en el vacío y sometida a temperaturas más extremas de las que podemos experimentar en la tierra”, explica.

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Independientemente de sus 20 años como profesional de la ingeniería electrónica, Mauricio no deja de sorprenderse con cada nuevo desafío: “Cuando me convocaron para sumarme a SAOCOM la verdad es que no pude dimensionar en ese mismo momento la relevancia del proyecto. Todo era nuevo para mí, no dejaba de sorprenderme y aprender. No tuve la dimensión de lo que luego tomo forma y finalmente “voló” en el espacio. Pensar que cuando el lanzador desprende esas mangueras en las que está involucrada la umbilical box yo iba a tener que ver con eso y que esa pequeña caja electrónica en la que trabaje está ahora en el espacio, la verdad que no lo dimensioné en un primer momento. Después de muchos años de trabajo uno entiende que aportó un granito de arena a una misión satelital de semejante importancia para Argentina y para el medio ambiente”.

El graduado de la FCEIA destaca la formación integral recibida durante sus años como estudiante. Afirma que la mirada abarcativa del plan de estudios le permitió incursionar en distintos aspectos de la profesión con una base sólida de conocimientos que lo pusieron a la altura de cada desafío.

Luego de SAOCOM vinieron nuevas oportunidades. Formó parte del proyecto SARE, actualmente suspendido, que se abocaba a satélites livianos para observación de la tierra. Después se sumó a la misión SABIA-Mar, una constelación de dos Satélites Argentino-Brasileños para información del mar, en el equipo de diseño de la on-board computer. En paralelo a esta misión, está trabajando en el diseño y desarrollo de las futuras computadoras de vuelo, variantes de la que se encuentran desarrollando para SABIA-Mar, para proyectos de satélites geoestacionarios que tienen como misión las comunicaciones.

“Para mí es un orgullo enorme haber estudiado en la FCEIA y haber tenido los profesores que tuve. Después de 20 años de egresado veo los frutos y la verdad que siempre elegí quedarme en Argentina apostando a todo esto a pesar de lo cíclico que puede ser nuestro país”, reflexiona Mauricio y finaliza “Hoy me siento contento de haberme quedado y haberme graduado de esa Facultad. Siempre tengo mi corazón en la UNR”