Martín Toderi, egresado de la Licenciatura en Física y becario del Instituto de Física de Rosario, se convirtió recientemente en el único argentino en obtener una beca internacional que le permitirá continuar con sus investigaciones en el campo de las ópticas innovadoras para el estudio de componentes de la sangre.
Asimismo, le posibilitará financiar recientes actividades de estadía doctoral en Francia y la asistencia al simposio Photonics West 2020 en San Francisco, Estados Unidos.
El investigador obtuvo la beca de Educación en Óptica y Fotónica que otorga la Sociedad Internacional para la Óptica y la Fotónica (SPIE, por su sigla en inglés), a partir de su mérito académico y por el potencial impacto futuro que su trabajo tendrá en ese campo. “Es una oportunidad enorme para la creación y el fortalecimiento de lazos e incorporación de nuevos conocimientos que enriquecen mi formación doctoral” indicó Martín.
La beca significa también un reconocimiento a las actividades que se llevan a cabo en el Grupo de Física Biomédica del IFIR y en la UNR. “Con esto se facilita la difusión y posicionamiento de nuestras investigaciones así como también el enriquecimiento de la comunidad académica local, con lo que estoy sumamente comprometido” mencionó.
El doctorando explicó que entre marzo y mayo estuvo en Francia trabajando una técnica óptica no lineal llamada CARS (Coherent anti-Stokes Raman spectroscopy) en el Biopolo de la Universidad de Lorraine en Nancy. Y que, en su última etapa del doctorado, en el IFIR, está incursionando en el biospeckle como herramienta de estudio de la dinámica eritrocitaria.
Cabe destacar que la tesis doctoral de Martín es dirigida por la Dra. Bibiana Riquelme y codirigida por Dr. Gustavo Galizzi.
Para Beatriz, las personas tienen dificultad para encontrar en las matemáticas, en la física y en la química una significación al margen de hacer cuentas. Su propuesta, se basa en trabajarlas como una cultura, así como estudiamos la literatura y sus grandes movimientos, se debería poder estudiar la física moderna, la física contemporánea o la física clásica. “Nosotros los profesores tenemos que estar preparados para hacer eso”, señaló.
Para ella, es necesario trabajar contenidos conceptuales, procedimentales, actitudinales, contenidos ligados a la ciencia de la educación, la historia y filosofía de la ciencia, para mostrar a las y los estudiantes que la ciencia es viva. “Tenemos la impresión de que la física y la matemática no cambian, pero es sólo una ilusión. En la física, por ejemplo, trabajamos constantemente con nuevas tecnologías, incursionamos nuevos estudios, la ciencia evoluciona todo el tiempo”, destacó Beatriz Salemme. De acuerdo a su experiencia, se necesita una enseñanza diferente, no una enseñanza tradicional.
La especialista brasilera en Didáctica de la Enseñanza resaltó la importancia de que los docentes de los distintos niveles estén preparados, también, para adaptarse a los cambios generacionales y cuenten con las herramientas para que sus clases respondan a las nuevas demandas de los estudiantes.
“Todos los años cuando recibo un grupo de alumnos que se que van a estar 5 años en la universidad para después salir al mundo del trabajo, me propongo como desafío pensar ¿qué mundo les espera de aquí a cinco años? ¿Cómo va a ser esa nueva generación de profesionales?” indicó Beatriz convencida de que año tras año son diferentes los objetivos que debe plantearse. “Tenemos el desafío de formar profesionales de otra generación” destacó.
La especialista en educación valoró la importancia de contar siempre con diferentes opciones metodológicas que permitan explorar distintas técnicas según el grupo con el que se esté trabajando. “A veces percibo con tristeza que muchos profesores dicen ‘yo enseño, si ellos aprenden es otro problema’ y no es así, es mi responsabilidad como docente que los estudiantes comprendan. Entonces nuestro gran desafío es estar alerta para encontrar la forma de que nuestros alumnos de hoy se interesen por lo que se está explicando”.
Entre las herramientas que utiliza en el aula es el trabajo con películas en las que se aborden temas de interés para ser tratados desde diversas disciplinas. Así por ejemplo, con uno de sus grupos de estudiantes de secundaria tomaron una escena del “Código Da Vinci” en la que aparece un código en formato de una secuencia de Fibonacci. “Tomando esa secuencia también trabajamos con su profesor de biología, conversamos con el profesor de historia, la profesora de física. El abordaje fue integral”, relató la especialista en educación.
“A mí me enseñaron cierta información de una manera puntual pero nos tenemos que dar cuenta que somos de otra época. A veces las personas no perciben la importancia del cambio generacional y hay que comprender que la enseñanza es un proceso dinámico que se retroalimenta” concluyó Beatriz.